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Todo pasa versión Chiqui Tapia

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Hay algo en lo que en el fútbol argentino no nos podemos hacer los sotas, pero si hay que reconocer la habilidad de Julio Grondona primero y ahora la de Chiqui Tapia para que sus chanchullos con los árbitros no lleguen a denuncias de corrupción ante la Justicia. Don Julio tuvo en Arsenal de Sarandí el sueño del club propio. Si bien el ferretero era hincha de Independiente, en Arsenal consiguió manejar una institución a su antojo. Era vox populi los favores de los árbitros en muchos partidos a los de Sarandí. Y por ende, el perjuicio a sus rivales de turno. Arsenal bajo la presidencia de un hijo de Grondona, ganó por primera vez el torneo local, la Copa Argentina y también la Copa Sudamericana. Y sino me equivoco, creo que se consagró en la Suruga Bank. Nunca se pudo comprobar los manejos espurios con los arbitrajes del hombre del anillo de oro con la frase: Todo Pasa. Chiqui Tapia es un digno sucesor. Hincha de Boca, tiene a su propio club ahora en Primera División: Barracas. La canc

El clásico de barrio más grande del mundo

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Los clásicos entre  San Lorenzo  y  Huracán  últimamente son esto: mucha garra, actitud, demostrar quién es más guapo y casi nada de buen fútbol. Por algo van siete empates en los últimos diez. ¿Sirve el empate? Por como se jugó (o no lo hicimos) en el segundo tiempo, sí. También por reponerse a la desventaja inicial por un penal cobrado en el que Cóccaro agarró claramente del pantalón a Rafa Pérez en el forcejeo en el área para ganar la posición y después el colombiano lo agarró de la camiseta y lo hizo girar para caer los dos. ¿Es penal? El reglamento dice que ante un agarrón mutuo se cobra la falta más grave. O sea, para Tello (y para el Var) el foul de Cóccaro  fue menor y el de Rafa Pérez, mayor. Ésa es la explicación reglamentaria. Ahora, ¿no importa quién hizo primero la falta? Bueno, es el reglamento y el Var que la FIFA nos hace sufrir por un negocio mayor. A cualquiera pueden perjudicar o favorecer (como ayer a River ante Lanús) y es lo que hay.  Además, te toca un árbitro co

Ir de punto cuando sos banca

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Entre las tantas incoherencias que hizo el dúo dinámico (Maradona-Bilardo) desde que el ferretero Grondona le entregó el timón del barco de la Selección, la que más temor me produce es esa idea bidonera "de ir de punto al Mundial como en el 86, para después ser campeón y enrostrársela a los panqueques (y enemigos)". Mr. Rohypnol lo aclaró de movida. Cuando la mayoría (entre los que me incluyo) veíamos con buenos ojos la asunción del Diego malo -que había permutado por el bueno en ese inicio y después regresó a las fuentes- y su debut con el 4-0 ante Venezuela, Bilardo estaba disconforme. "No es bueno tener tanta gente a favor, siempre hay que tener enemigos que señalar para hacer fuerte al grupo", dijo algo parecido.. Por eso, creo que en el fondo, Bilardo celebró el cachetazo 6-1 de Bolivia en la altura. Ahí, saltaron esos "enemigos" que tanto deseaba. Y quizás por eso -ya dentro de una teoría mía bastante ridícula-, el equipo siguió jugando tan mal (salv

Con el regreso de don Angel, vuelve la alegría

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Cuando exponía a mis amigos mi fundamentalismo sobre la idea futbolística de Angel Cappa (antes me pasaba lo mismo con Menotti y Basile), siempre escuchaba frases tales como"es verso", "es puro chamuyo", "no trabaja en serio", "le gusta más hacer asados con los jugadores", bla, bla, bla, bla. Y otra como "ahora lo quiero ver con Huracán peleando el descenso, sin jugadores de jerarquía". Y les contestó llevándolo a las puertas del título. Promovió a Pastore y De Federico. Trajo de regreso a Bolatti. Le dio cancha al Maestrico González. Les dio confianza a Toranzo y Leandro Díaz, descartados de River y Boca. Les hizo creer a Araujo y Arano, que eran Cafú y Roberto Carlos. Y a Goltz y Edu Domínguez que siempre podían salir jugando de abajo, dándosela a un compañero. Un equipo espectáculo con todas las letras. Ese Huracán 09 nos devolvió nuestra verdadera identidad futbolera. Aunque haya necios que lo sigan negando. Como mojones, el 3-0 a V

Jugar bien o lindo. ¿Y por qué no, las dos cosas?

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A ver, hay un consenso de que tres equipos en el fútbol argentino están un escalón por encima del resto: Vélez, Estudiantes y Banfield. Juegan bien en general. ¿Juegan lindo? Casi nunca. Los tres son hijos dilectos de esa criatura tan exitosa como entrenador llamada Carlos Bianchi. El Boca del Virrey (que jugaba bien, arrasaba en los resultados y con los títulos) raramente concedía un guiño al espectáculo. Y la explicación es que solamente tenía un par de jugadores distintos: Riquelme y el Mellizo Guillermo. El resto cumplía muy bien su función y era pura obediencia al esquema táctico de su técnico. En el Vélez de Bianchi pasaba lo mismo, con la diferencia de que tenía a un sólo jugador diferente: Bassedas. Cuando veo a los tres mejores de hoy, me parece estar viendo a cualquiera de los dirigidos por Bianchi. Te hacen un gol de entrada, tarda un tiempito en llegar el segundo y después te duermen todo el segundo tiempo manejando el partido a su antojo. También tienen a sus puñados de di

Tan cruel para los grandes como simple para los chicos

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Si en algo tuvo razón Simeone fue en pronosticar, allá por febrero, que este campeonato sería "cruel". Acertó con el diagnóstico, pero no con el motivo. El Cholo creía que porque los clubes grandes se dedicaban solamente al Apertura, iban a pelearlo palmo a palmo hasta el final y eso sería de extrema crueldad. Y como se sabía que Vélez, Estudiantes y Banfield se iban a jugar a la Libertadores, pensaba que no les daría el cuero para los dos frentes. Lo que no previó Simeone (y para ser justos, casi nadie) es que los grandes iban a seguir en picada libre. Díganme sino si alguno de ustedes -o de sus amigos, o de sus conocidos- con ese panorama, en los juegos pronosticadores del verano, no pusieron a algún grande como el candidato a campeón. Tampoco se imaginó el Cholo que este Apertura se lo iba a comer hasta a él mismo. Pero a Simeone se lo deglutió su propia ley. Esa que suscribe la mentira de que ganar es lo único, sin importar las formas. Y entonces, cuando perdés seguido (e

Carlitos, el gardelito de la Selección

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Extrañamente Tevez es el jugador del pueblo en una Selección que tiene a Messi. Bah, no debería extrañar en nuestra patria futbolera ya que el mismísimo Diego recién se recibió con honores durante el transcurso de México 86, no antes. Pero Carlitos es ovacionado y reclamado hasta cuando jugaba bastante mal en las eliminatorias. Es que juega con la pasión que cualquier hincha de la popular mostraría en el césped si le dieran la oportunidad. Ahora, en cambio, ninguno podría hacer lo que se le ve a Messi. Y por eso mismo Lio es incomprendido en la Argentina. Ya que Maradona decidió jugar sin enganche ante la negativa de Riquelme, se abre la chance de aprovechar este momento on fire del Apache en Inglaterra sin condenarlo al banco. ¿Cómo? Simple, como hace Mancini en el Manchester City y como hacía Ferguson en el United: de doble 9 arrancando de tres cuartos de cancha en adelante. El 9 de área es Adebayor y era Rooney. Entonces, en la primera ronda de Sudáfrica, se podría armar una ofensiv