Tan cruel para los grandes como simple para los chicos


Si en algo tuvo razón Simeone fue en pronosticar, allá por febrero, que este campeonato sería "cruel". Acertó con el diagnóstico, pero no con el motivo. El Cholo creía que porque los clubes grandes se dedicaban solamente al Apertura, iban a pelearlo palmo a palmo hasta el final y eso sería de extrema crueldad. Y como se sabía que Vélez, Estudiantes y Banfield se iban a jugar a la Libertadores, pensaba que no les daría el cuero para los dos frentes.


Lo que no previó Simeone (y para ser justos, casi nadie) es que los grandes iban a seguir en picada libre. Díganme sino si alguno de ustedes -o de sus amigos, o de sus conocidos- con ese panorama, en los juegos pronosticadores del verano, no pusieron a algún grande como el candidato a campeón.


Tampoco se imaginó el Cholo que este Apertura se lo iba a comer hasta a él mismo. Pero a Simeone se lo deglutió su propia ley. Esa que suscribe la mentira de que ganar es lo único, sin importar las formas. Y entonces, cuando perdés seguido (encima jugando mal), no te salva ni Tarzán.


Este torneo también se manducó a Vivas y tiene en la punta de la boca a Russo en Racing. Astrada ya va descendiendo por la garganta profunda en River. Y a Alves se lo tragó y lo vomitó en Boca, porque le cayó mal tanta incoherencia para un solo menú.

Se salva Gallego en Independiente, nada más que por su lugar de privilegio. Aunque no pueda hacer jugar bien a su equipo, tiene al tuje como su aliado incondicional (algo repetido en la mayoría de sus títulos como entrenador) y quizás caiga parado por enésima vez.

Todo esto sucede porque los grandes juegan como chicos. Atacan solamente de local y por la obligación que les baja de las tribunas. De visitante, sus planteos son tan mezquinos como aquellos que históricamente se quejaban del resto. Y por eso, cuatro de cinco se hunden por el fondo de la tabla.

Y encima, los chicos ya no respetan a los grandes. Tampoco hay que subirse a la ola resultadista y decir que Vélez, Estudiantes y Banfield van al frente en todos lados. Para nada. Pero son equipos armados que saben lo que quieren. Inteligentes. Tienen buenos jugadores del medio hacia arriba, pero demasiado obedientes a sus entrenadores para mi paladar. Por eso, ni vale la pena ilusionarse con que le regalen algo extra al espectador imparcial.

En cambio, hay dos equipos que rompen el molde en todo este torneo: Godoy Cruz y Argentinos Juniors. Ambos apuestan a superar al rival, en cualquier cancha, con sus armas de tenencia de balón, circulación segura de pelota, armado de sociedades para atacar, llegada por sorpresa de sus volantes y a veces, cuando sus libretos se queman, se la juegan por el desequilibrio individual.

El mérito de Asad y Borghi es la simpleza de juntar jugadores para que eso surja naturalmente.
El Turco pone a David Ramírez, Carranza, el Pipita Higuaín y Jairo Castillo. Todos tocadores y con habilidad. Y en el medio tiene a Olmedo, otro que la entrega siempre redonda.

El Bichi elige a Coria, al Chuco Sosa, recicló al Calderón goleador en asistidor retrasado y a Oberman para lastimar con su velocidad. Y a un doble cinco como Ortigoza y Mercier para que corran, marquen y siempre se la pasen sin equivocarse a uno de los de arriba.

Con eso les alcanza para ser los que mejor juegan y los que merecerían coronarse al final del camino. Pero ya sabemos que el fútbol puede ser muy ingrato con aquellos que más lo dignifican.

Comentarios

  1. Por ahí algún cítrico hincha granate se siente tocado, pero...

    Rubén Ramírez me hace acordar a Sand. En equipos armados y sólidos en lo suyo (Banfield en lo práctico, Lanús en la vocación ofensiva), se destacan y son los grandes goleadores del equipo. Además, ambos demostraron desnudan sus falencias y brillan por su ausencia (Ramírez fue poco y nada en Colón y muy puteado en Racing; Sand, mucha promesa en River y pasos poco trascendentes por Banfield y Colón).

    En síntesis, dos burros que la meten sólo porque tienen un buen equipo atrás.

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  2. Perdón, pero comentar acá y hablar por msn es jodido. quise decir que... Ademàs, en otros equipos desnudaron sus falencias y brillan por su ausencia.

    Ta luego.

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