Ir de punto cuando sos banca


Entre las tantas incoherencias que hizo el dúo dinámico (Maradona-Bilardo) desde que el ferretero Grondona le entregó el timón del barco de la Selección, la que más temor me produce es esa idea bidonera "de ir de punto al Mundial como en el 86, para después ser campeón y enrostrársela a los panqueques (y enemigos)".

Mr. Rohypnol lo aclaró de movida. Cuando la mayoría (entre los que me incluyo) veíamos con buenos ojos la asunción del Diego malo -que había permutado por el bueno en ese inicio y después regresó a las fuentes- y su debut con el 4-0 ante Venezuela, Bilardo estaba disconforme. "No es bueno tener tanta gente a favor, siempre hay que tener enemigos que señalar para hacer fuerte al grupo", dijo algo parecido..

Por eso, creo que en el fondo, Bilardo celebró el cachetazo 6-1 de Bolivia en la altura. Ahí, saltaron esos "enemigos" que tanto deseaba. Y quizás por eso -ya dentro de una teoría mía bastante ridícula-, el equipo siguió jugando tan mal (salvo raras excepciones en algunos partidos) el resto de las eliminatorias.

Había que sufrir como en la previa del 86 y también como antes del 90, en menor medida. Llegar sin el rótulo de candidato al que tanto le escapan Maradona como Bilardo. Pero llegar, obvio. Por eso, el abrazo del odio entre ambos en el estadio Centenario, después de ese vergonzante 1-0 con planteo táctico de equipo muy chico.

La equivocación del dúo es que no pueden aceptar que los tiempos cambiaron en lo que rodea al fútbol. Y la maldita globalización hace que a Messi, Higuain, Tevez, Milito, Aguero, Di María, los disfruten en Europa, pero también los vean y tengan fanáticos por el resto del planeta. ¿Y cómo se puede ir de punto con esos muñecos endemoniados como está pasando en estos meses previos? En el discurso nada más. Nadie que tenga dos dedos de frente puede no creer que Argentina es candidata a ganar el Mundial.

Aunque lo más grave, es que la dupla, lo traslada a los hechos. Por eso, ese enamoramiento del sistema 4-4-2 contragolpeador, sin salida por los dos laterales, con doble cinco abrazaditos, dos carrileros que deben sufrir el desgaste, sin enganche, y dos delanteros aislados del resto. Un esquema para jugar de punto.

Y por eso, para sus oscuros intereses, quizás deseen que los muchachos no jueguen tanto y no ganen tanto con sus respectivos equipos en lo que resta a la cita máxima. Pero no hay caso, no se les da. Messi ya no solo es el número 1, sino que reclama un lugar en la mesa de Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona. Me río cuando dicen que le falta que gane un Mundial mayor con su seleccionado para completar la solicitud. ¿Cuándo lo hicieron Di Stéfano y Cruyff? Ni siquiera ganaron la Copa de Europa con España y Holanda.

Además, con su catarata de goles, Higuaín sentó a galácticos en el Real Madrid y lo desean otros grandes de Europa. Tevez es idolatrado en los dos clubes de Manchester y su técnico dice que está a la altura goleadora de Messi. Milito es el pollo de Mourinho y el ídolo goleador del Inter. Aguero, lejos de su mejor nivel, igual es intocable en el Atlético Madrid para sus hinchas, entrenador y dirigentes. A Di María ya le queda chico el fútbol de Portugal.

De Mascherano, su DT del Liverpool Rafa Benítez, dijo que es el primero al que se lo llevaría a la Juventus (y eso que ahí juegan el Niño Torres, Gerrard, Kuyt, Babel, Benayoun, etc). A Verón creo que todavía lo respetan más en Europa que acá. A Demichelis y Samuel, también. Y a Gaby Milito (dale, Diego, despertá), sólo hay que escucharlo a Guardiola para saber de que tipo de crack estamos hablando.

¿Así que vamos de punto a Sudáfrica? Jajajajajajjajajjajajajajajjajajajjaaja

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