Con el regreso de don Angel, vuelve la alegría

Cuando exponía a mis amigos mi fundamentalismo sobre la idea futbolística de Angel Cappa (antes me pasaba lo mismo con Menotti y Basile), siempre escuchaba frases tales como"es verso", "es puro chamuyo", "no trabaja en serio", "le gusta más hacer asados con los jugadores", bla, bla, bla, bla.
Y otra como "ahora lo quiero ver con Huracán peleando el descenso, sin jugadores de jerarquía". Y les contestó llevándolo a las puertas del título. Promovió a Pastore y De Federico. Trajo de regreso a Bolatti. Le dio cancha al Maestrico González. Les dio confianza a Toranzo y Leandro Díaz, descartados de River y Boca. Les hizo creer a Araujo y Arano, que eran Cafú y Roberto Carlos. Y a Goltz y Edu Domínguez que siempre podían salir jugando de abajo, dándosela a un compañero. Un equipo espectáculo con todas las letras.
Y otra como "ahora lo quiero ver con Huracán peleando el descenso, sin jugadores de jerarquía". Y les contestó llevándolo a las puertas del título. Promovió a Pastore y De Federico. Trajo de regreso a Bolatti. Le dio cancha al Maestrico González. Les dio confianza a Toranzo y Leandro Díaz, descartados de River y Boca. Les hizo creer a Araujo y Arano, que eran Cafú y Roberto Carlos. Y a Goltz y Edu Domínguez que siempre podían salir jugando de abajo, dándosela a un compañero. Un equipo espectáculo con todas las letras.
Ese Huracán 09 nos devolvió nuestra verdadera identidad futbolera. Aunque haya necios que lo sigan negando. Como mojones, el 3-0 a Vélez en el torneo anterior al subcampeonato, el 4-1 a Racing en Avellaneda, el 3-0 con baile al Lanús modelito y el 4-0 al River de Gorosito.
Consumado el Huracán que arrasó las canchas con su idea, las frases eran: "no tiene autocrítica", "le gustan que los enfoquen las cámaras de TV para putear", "es un soberbio en lo suyo", bla, bla, bla. Y las últimas muestras que recogí son "ahora lo quiero ver con este River arrasado y peleando el descenso", "no es un técnico para este momento", "se necesitan entrenadores trabajadores con el objetivo único de sumar, sin importar cómo se juega". Olvidándose de que eso mismo ya lo hizo en el Globo. Memoria selectiva, así le dicen. Y también de que Guardiola, con su estilo brillante gracias a la constelación de cracks que maneja, es el técnico más sacapuntos y resultadista del planeta. Ya que Barcelona no para de ganar.
Hagamos retro. A Cappa ya lo habíamos visto en el Racing 98-99 (juntó a Bezombé -en su mejor momento, un 8 a lo Belluschi-; Matute Morales, Capria, Latorre y el Chelo Delgado). Fue tercero del Boca de Bianchi, el mayor invicto de nuestra historia. El mojón fue un baile memorable de noche a Independiente en la Doble Visera. Tanto que cortaron la luz para que no sea una goleada histórica del archirrival. Y terminó con un 3-1 a luz natural unos días después.
Mucho antes, Cappa era el otro cerebro, como ayudante de campo, de Valdano en el Real Madrid campeón de Redondo, Raúl y cía. Y llegaron ahí por revolucionar al fútbol español con el Tenerife. Un equipo chico de la Islas Canarias que le dejó en bandeja dos campeonatos al poderoso "Dream Team" del Barcelona de Cruyff, ganándole en la última fecha dos años consecutivos al Real Madrid. Como los dirigentes merengues no querían comerse más sapos, se los llevaron.
Un mojón de ese Tenerife fue un baile tremendo al Sevilla del trío dinámico Bilardo (como DT) y Maradona-Simeone, como jugadores, en el 93. Incluyendo todo el morbo de la disputa entre argentinos con ideales futbolísticos disímiles en la práctica.
Ya sé que no salió campeón en la Argentina y por eso no le cuelgan el cartelito de "ganador" los resultadistas (esa legión interminable). Pero se equivocan como siempre: su idea del fútbol gana hasta cuando pierde. Hay cientos de técnicos lamentables, campeones en nuestra tierra futbolera. Cappa apenas salió campeón con Universitario en Perú (pero los mismos que lo critican, rescatan el título de Gallego en el Toluca o de Bauza en Ecuador, o de Troglio en Paraguay, etc) y como única cabeza de grupo.
"¿Qué ves? ¿Qué vez cuando me ves? Cuando la mentira es la verdad", canta Divididos. Vamos don Angel, siga haciéndonos disfrutar estas hermosas mentiras.
Consumado el Huracán que arrasó las canchas con su idea, las frases eran: "no tiene autocrítica", "le gustan que los enfoquen las cámaras de TV para putear", "es un soberbio en lo suyo", bla, bla, bla. Y las últimas muestras que recogí son "ahora lo quiero ver con este River arrasado y peleando el descenso", "no es un técnico para este momento", "se necesitan entrenadores trabajadores con el objetivo único de sumar, sin importar cómo se juega". Olvidándose de que eso mismo ya lo hizo en el Globo. Memoria selectiva, así le dicen. Y también de que Guardiola, con su estilo brillante gracias a la constelación de cracks que maneja, es el técnico más sacapuntos y resultadista del planeta. Ya que Barcelona no para de ganar.
Hagamos retro. A Cappa ya lo habíamos visto en el Racing 98-99 (juntó a Bezombé -en su mejor momento, un 8 a lo Belluschi-; Matute Morales, Capria, Latorre y el Chelo Delgado). Fue tercero del Boca de Bianchi, el mayor invicto de nuestra historia. El mojón fue un baile memorable de noche a Independiente en la Doble Visera. Tanto que cortaron la luz para que no sea una goleada histórica del archirrival. Y terminó con un 3-1 a luz natural unos días después.
Mucho antes, Cappa era el otro cerebro, como ayudante de campo, de Valdano en el Real Madrid campeón de Redondo, Raúl y cía. Y llegaron ahí por revolucionar al fútbol español con el Tenerife. Un equipo chico de la Islas Canarias que le dejó en bandeja dos campeonatos al poderoso "Dream Team" del Barcelona de Cruyff, ganándole en la última fecha dos años consecutivos al Real Madrid. Como los dirigentes merengues no querían comerse más sapos, se los llevaron.
Un mojón de ese Tenerife fue un baile tremendo al Sevilla del trío dinámico Bilardo (como DT) y Maradona-Simeone, como jugadores, en el 93. Incluyendo todo el morbo de la disputa entre argentinos con ideales futbolísticos disímiles en la práctica.
Ya sé que no salió campeón en la Argentina y por eso no le cuelgan el cartelito de "ganador" los resultadistas (esa legión interminable). Pero se equivocan como siempre: su idea del fútbol gana hasta cuando pierde. Hay cientos de técnicos lamentables, campeones en nuestra tierra futbolera. Cappa apenas salió campeón con Universitario en Perú (pero los mismos que lo critican, rescatan el título de Gallego en el Toluca o de Bauza en Ecuador, o de Troglio en Paraguay, etc) y como única cabeza de grupo.
"¿Qué ves? ¿Qué vez cuando me ves? Cuando la mentira es la verdad", canta Divididos. Vamos don Angel, siga haciéndonos disfrutar estas hermosas mentiras.
Me hace feliz la vuelta de Cappa..pero justo a River tenia que volver!!...cómo hago para desear que gane Cappa y River pierda?
ResponderEliminarNo te pasó lo mismo cuando estaba en Huracán?..jajaja
Fútbol contra los "pelotudos de mierda". Grande Casas!
ResponderEliminarA pesar de que este blog está escrito por un negro de mierda, voy a opinar. Es difícil hinchar por Cappa y River al mismo tiempo, la última vez que me hice el lírico mi hijo terminó hincha de Huracán y el otro día fue a gritar por el Globo mientras veía cómo los dirigidos por el Chulo Rivoira la tiraban de punta para arriba. Lo mejor para Cappa y lo peor para River y Passarella, es mi deseo, a como dé lugar y como sea
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